HE AQUÍ UN TEXTO DE LA MADRE JULIA NAVARRETE, SOBRE LA NATURALEZA DEL DOLOR Y SU FUNCIÓN EN NUESTRAS VIDAS.

«El Dolor y Dolor Perfecto

Encuadremos la funcion providencial del dolor, dentro de la adversidad, de todo lo que nos escuece y aplana. Según los santos, Dios envía una de esas molestias cuando quiere que sus escogidos realicen alguna misión extraordinaria. La razón es evidente: el hombre insensiblemente va apegándose a lo agradable. Por elevados que sean los ideales y austera la conducta del apostol, la natura-leza va cautivando poco a poco la sensibilidad. Es muy difícil no dejarse seducir por el hechizo de las creaturas.

Ahora bien, quien se deja arrastrar por las creaturas, aun-que sea en un grado muy reducido, pone insensiblemente mil obstáculos a la acción divina.

Dios para que su obra no sufra merma alguna, envía con gesto de maternal amor, el medio para contrarrestar el hechizo seductor de las creaturas peligrosas. Este preserva-tivo es el dolor, don precioso de Padre y Médico sapientísimo. Aquí radica la razón del sinnúmero de contrariedades y fracasos que Julia sufrió. Dios le quería confiar una mi-sión extraordinaria, y veía la necesidad de un total desarraigo de las creaturas. Sabía que de otro modo era imposible que la Fundadora estuviera a punto en forma para la acción divina.

Esta acción divina era una visita de Dios. El dolor es una visita regalada del Padre, regalo de la divina y suma bondad. Con esta palabra, visita de Dios, se expresa un singular cariño de Dios sobrenaturalmente eficaz. No es un saludo o encuentro breve. Las visitas suponen una merced especial, como se aprecia con sólo considerar los singulares fines que Dios pretende con ellas.

El dolor es un medio providencial, un gran control. Gracias a él las creaturas, de rostro fascinador, no nos cautivan con sus encantos y hechizos. Es el dolor la gran vacuna contra el contagio del mundo. Al producir el hastío y fastidio, neutraliza la atracción de las creaturas, y deja expedito el camino hacia Dios.

Las enfermedades y los fracasos vienen muchas veces de mano de Dios nuestro Señor, para que más nos conozcamos y más perdamos el amor de las cosas criadas, y pensemos más enteramente cuán breve es la vida.

Es por fin el dolor, una fuente inagotable de merecimientos. Son muchos los actos de las más variadas virtudes que nos obliga a practicar: paciencia, humildad, caridad, conformidad con la Voluntad divina. Las gracias y virtudes producidas por el dolor, son el más espléndido atavío para entrar en el reino de los cielos.

El lecho del dolor, y el sitio donde proviene el fracaso, es un laboratorio mágico. Las tribulaciones y las enfermedades constituyen los elementos con que se van realizando las diversas combinaciones. Molesto y fastidioso, pero enseña la ciencia verdadera y proporciona el medio de ganarse la vida, la verdadera y definitiva vida. Mensaje en verdad optimista y consolador que logró extraer Julia de esta sobrenatural perspectiva del dolor.

En la Carta que llamó el P. Mir del «Dolor Perfecto», refuerza estas ideas de muchas maneras, y la entrega como testamento a la Superiora ya las Hermanas de la Religión. Carta que recibió Julia y la enseñó de palabra y de ejemplo Aunque por su condición de debilidad humana Cristo fue crucificado, ahora tiene vida por la Omnipotencia de Dios. Y nosotros, aunquedébiles ahora con su debilidad, por la omnipotencia de Dios tendremos vida con El» (2 Co. XIII, 4).»

José Gutiérrez Casillas. (1988). Julia Navarrete Contemplativa y Apóstol. México: CEVHAC.

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